jueves, 22 de marzo de 2007

LA VERGUEZA DE SER JOVEN y ASPIRAR A UNA VIVIENDA EN CÓRDOBA

Leo en prensa el siguiente artículo: Esperas de hasta 40 horas para solicitar una VPO ( Diario Córdoba - 22/03/2007 )
y no escapo de mi asombro y bochorno. Si ya es difícil encontrar una vivienda digna en Córdoba para cualquier joven, a precio asequible a nuestro bolsillo, más difícil es conseguir un puesto o número (como en el médico) para la entrega de la documentación en la empresa constructora-promotora que construirá viviendas de PO. Nos hemos vuelto locos o qué, no, no, nos han vuelto loco. Pienso que han jugado con nosotros, y hablo en mi propia persona, pues llevo esperando DOS AÑOS Y MEDIO a que salgan VPO en régimen de venta tanto privadas como municipales, y por supuesto llegué a cansarme. Nuestro ego todavía no se ha planteado al régimen de alquiler, y no me arrepiento, pues calculándolo, pues sí me informé, salía un piso de 70mts. aprox. con cochera y trastero por 450 o 550 euros. No es exageración, en la página web de la consejería de obras públicas de la Junta de Andalucía, pueden buscarlo y calcularlo. Creo que ese alquiler es excesivo para ser vivienda protegida. Vamos un engañabobos.
Cada día que pasa me enorgullezco junto a mi novia de haberme comprado una vivienda de renta libre en un pueblo a las afueras de Córdoba. Con nosotros no han jugado: nos han desplazado y por fuerza echado. Pero repito, me enorgullezco de ello. Es una verguenza que ahora, aunque era previsible, por el simple hecho de ser año electoral, hayan aligerado planos, permisos, entendimiento, etc, y sean unas no sé cuantas miles de viviendas de PO municipales, provinciales y privadas, las que salgan en todo este año en la capital.
Así ha ocurrido, como si de un circo romano se tratara, gladiadores de juventud luchan por defender sus derechos, mientras el César permanece pasivo desde su tribuna observando el bochornoso espectáculo que él mismo ha creado y consentido.
Ya han sido cerca de 700 las solicitudes presentadas para 75 viviendas. Es normal que entre tanto esfuerzo y espera para entregar su solicitud, y acusando el frío de estos últimos días, se hayan producido alguna rencilla o discusión. Sólo me queda desear toda la suerte del mundo para todos los solicitantes y enviarles mi admiración por el esfuerzo, que en la mayoría de los casos será en vano, realizado.
Sin embargo, nadie me quitará la impotencia que siento en estos momentos por presenciar atónito hasta donde nos han llevado. Tenemos lo que nos merecemos. Verguenza es poco.

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